Domingo 15 de marzo de 2020 – IIIº de Cuaresma – A gusto con Dios

  1. Ex. 17,3-7. Danos agua para beber.
  2. Rom. 5,1-2.5-8. El amor ah sido derramado en nuestro corazón. 
  3. Jn. 4,5-42. Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna

 

Hoja litúrgica

Lectio Divina

Volver a creer

 

Reflexión

  • El agua de Jesús es el agua del amor, el que procede del Padre y se manifiesta en Jesús, que está más allá de toda ley y es el agua del servicio, que brota del amor (Jn 13). Por eso, como dice una vieja canción, “hay que nacer del agua”, es decir, del Espíritu de Dios, que es salida de uno mismo a favor de la necesidad del otro. Esa agua nace del Padre y crea fecundidad en nuestro desierto (Is 32,15-20). Hay que nacer del amor del Padre, como un manantial interior: “Quien tenga sed, venga a mí y beba. Fluirán de sus entrañas ríos de agua viva” (Is 44,3 y 55,1: Jn 7,37-39). 
  • Aguas que no sacian la sed 

– El agua de la acomodación a “lo que hay”, porque “esto no tiene remedio” 

– El agua de ser “como todo el mundo”, creyendo que son las cosas las que dan la felicidad 

– El agua del individualismo, que nos ciega las fuentes de la alteridad, nos hace insensibles e indiferentes ante el dolor de los otros. 

– El agua del psicologismo como curación a las ansiedades… 

– El agua de la ley y el derecho por encima de todo, caiga quien caiga, porque sin esa agua estamos desorientados 

– El agua del utilitarismo, que sólo ve la parte práctica y útil de las cosas, los seres y las personas. 

– El agua del cientificismo, que sólo cree en la verdad de la ciencia y la técnica, porque lo demás… “¡vaya usted a saber…!” 

– El agua de la institución, lo seguro, los ritos, las tradiciones, el “siempre se ha hecho así” … 

– El agua del activismo, para escapar del misterio de uno mismo, del propio interior y mis problemas sin resolver… 

Examen de conciencia 

Esas aguas no son y nunca serán el agua de vida de Jesús. Y es bueno que, en Cuaresma, nos preguntamos cuál es el agua que me da vida de verdad, cuáles son mis cinco maridos, cuáles son mis manantiales, qué “oasis” ha puesto Dios en mi vida, con qué manjares me alimento, cómo es mi oración…