- Ex. 12,1.8.11-14. Prescripciones sobre la cena pascual
- I Co. 11,23-26. Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Seños
- Jn.13,1-15. Los amó hasta el extremo
Reflexión:
- Con la misa vespertina de hoy damos comienzo a nuestra celebración del Santo Triduo Pascual, que abarcará el viernes, el sábado y el domingo próximos. Todo comienza haciendo memoria de la pascua judía. Eso es lo que Jesús celebra con sus discípulos el jueves por la noche.
- San Pablo lo explica como una tradición oral que él ha recibido y que se remonta al propio Jesús. Y a continuación, narra la institución de la Eucaristía. Es en esa reunión de despedida, en ese contexto de celebración pascual, cuando Jesús se les da primero a los suyos en el pan y en el vino. Así, la Eucaristía irá siempre referenciada a su pasión y muerte, pues esa va a ser la nueva Pascua que Jesús inaugurará.
- Ahora, que se encuentran todos juntos en las últimas horas de libertad para Jesús, él les va a adelantar su entrega y su donación en los dones eucarísticos. Jesús instituye aquí, asimismo, el sacerdocio y pide a los discípulos que repitan y realicen lo mismo que él está haciendo en ese momento. Y es que esa va a ser la manera privilegiada de estar presente en la comunidad de discípulos. La Eucaristía será su memorial.
- Otro aspecto de la última cena lo vemos en el pasaje del evangelio de San Juan con el lavatorio de los pies. La escena no resulta complicada de imaginar: Jesús inclinado, agachado, para echar agua en los pies de los discípulos, poniéndose por debajo de ellos físicamente. Era la tarea propia de los esclavos.
- Es de mucha enjundia el diálogo que sostiene con Pedro, quien se resiste al principio a que Jesús lo haga con él; sin embargo, cuando Jesús le dice que si no se deja no tiene nada que ver con él, no discute y renuncia a su resistencia. Es decir, para tener que ver con Jesús es necesario comenzar por reconocer que Jesús ha hecho algo por ti, te ha servido, se ha comportado como siervo tuyo. Si no entiendes eso, no tienes nada que ver con él. Si no aceptas que Jesús te ha hecho un gran servicio con su entrega, con su sacrificio en la cruz, nada tienes que ver con él.
- Ahora, Jesús desea que el ejemplo cunda, que los que le siguen hagan lo mismo los unos para con los otros. El mandamiento nuevo, junto con la institución de la Eucaristía y del sacerdocio más el gesto del lavatorio de los pies constituyen el mejor testamento que Jesús nos podía dar. Amor, amor, amor… Si no sabemos amar, nada tenemos que ver con él.