Viernes 19 de abril de 2019 – Viernes Santo – Mirarán al que traspasaron

Muerte en la cruz de Jesús

  1. Is. 52,13-53,12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones.
  2. Hbr. 4,14-16;5,7-9. Aprendió a obedecer; y se convirtió en autor de salvación.
  3. Jn.18,1-19,42. ¿A quién buscáis?

 

Lectio Divina 

 

Reflexión:

  • De todos los relatos de la pasión, el de Juan, tal vez, sea el relato más emotivo y el más duro. Si hay un sentimiento conductor del relato puede que sea la soledad de Jesús. La soledad cuando lo arrestan y sus discípulos lo abandonan. La soledad en la vía dolorosa. La soledad en la cruz. Todo ello, con la sola compañía del Padre. Un Padre, que, ahora permanece mudo contemplando el sufrimiento de su Hijo que asume resignado el plan de Dios.
  • También son importantes los sentimientos que genera en quienes leemos este relato y que Juan busca provocarnos. Muestra de ello es el “para que también vosotros creáis”. En nosotros confluyen los sentimientos de rabia por la injusticia, compasión por el sufrimiento, dolor por la pérdida, comprensión ante la huida de los discípulos, la tristeza por la madre que está perdiendo a su Hijo. Gran parte del relato se centra en el interrogatorio de Pilato. Juan nos presenta al poder masacrando a Jesús.
  • Incluso en la liturgia de hoy, el salmo nos hace recordar el abandono de Jesús en las manos de Dios. “Soy la burla de mis enemigos”. No nos podemos olvidar de lo que supone todo esto, de las obligaciones que adquirimos al creer esto, no podemos tolerar el sufrimiento del justo, no podemos consentir el dolor del oprimido, no podemos olvidar a los que nadie quiere ver.
  • No podemos olvidar que el ser cristiano supone que vamos a hacer y decir cosas que no van a gustar a muchos y eso pasa factura. Pero la cosa no acaba ahí. Todo el evangelio de Juan nos va a llevar al momento de la gloria. La cruz no tiene sentido si no es desde la resurrección. Todos estos sentimientos explotarán en alegría y gozo en la noche de mañana. Nuestra fe se fundamenta en que el muerto está vivo y no podemos olvidarlo. A lo largo de la historia ha habido (y hay) muchos inocentes muertos, ha habido (y hay) muchas madres que han perdido a sus hijos… pero solo uno ha resucitado. La vida venciendo a la muerte. El odio sobrepasado por el amor. Esta es nuestra fe. No sabemos cómo, pero es lo que esperamos porque confiamos en Jesucristo y en quienes nos lo han transmitido. Uno ha muerto para salvarnos a todos y concedernos la auténtica Vida, y no podemos dejar de disfrutarla.