Jueves 24 de diciembre de 2020 – Misa del gallo – Navidad. Vienes a los tuyos

  1. Is. 9,1-6. Un hijo se nos ha dado.
  2. Tit. 2,11-14. Se ha manifestado la gracia de Dios para todos los hombres
  3. Lc. 2,1-14. Hoy os ha nacido un salvador.

Reflexión

  • Ninguna persona desea mantenerse en la oscuridad. Por eso, quienes más valoran un rayo de luz son precisamente quienes han hecho experiencia de habitar en medio de la penumbra. 
  • La experiencia de liberación profunda, como sugiere el profeta Isaías, se parece a ese cambio radical de quienes pasan de las tinieblas más oscuras a ser iluminados por un sol brillante. Esto es lo que celebramos esta noche, que la luz brilla sobre la oscuridad en un Niño, que Él se nos ha dado en una pequeña aldea del último rincón del imperio romano. Este acontecimiento es, como exclama la carta a Tito, un regalo de liberación para toda la humanidad. No es de extrañar que el Salmo con el que respondemos anime a la alabanza y a la alegría de todo lo creado. 
  • Un contraste similar al existente entre la luz y las tinieblas es lo que van a experimentar también los pastores. El anuncio que reciben de los ángeles y el modo en que estos describen a Aquel que ha nacido parece contradecir lo que ellos van a encontrar. El Salvador, el Cristo Señor por quien los ángeles glorifican a Dios, aparece como un frágil recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Hoy saboreamos una paradoja en la que nada es lo que parece. La noche queda iluminada, un débil bebé resulta ser el Salvador, Quien no tenía sitio en la posada es motivo de alegría para toda la humanidad y lo que sucede en un lugar irrelevante afecta definitivamente a toda la creación. 
  • Como los pastores, también nosotros somos lanzados a descubrir lo extraordinario escondido detrás de las más ordinarias señales, como la de un “niño envuelto en pañales”. Reconocer motivos de esperanza entre las líneas del periódico, rescatar una sonrisa brillante entre muchas miradas hurañas, intuir destellos de Evangelio en medio de la más gris de las rutinas o reconocer al Salvador en los más vulnerables de nuestro mundo es la aventura a la que lanzaron los ángeles y en la que también nosotros hemos de participar. 
  • Esta noche se nos regala la oportunidad de dejarnos asombrar y deslumbrar una vez más por estas paradojas divinas. No dejemos pasar esta oportunidad y permitámonos sentir el desconcierto ante un Señor que rompe con nuestras lógicas y se acerca a nuestra vida en la vulnerabilidad de un recién nacido. ¿Cómo no estar alegres y gritar de gozo con un Dios así?